Reconozcámoslo: todos pasamos por momentos difíciles en algún momento de nuestras vidas. Puede que las cosas sean más difíciles ahora de lo que lo han sido en mucho tiempo, y puede que estos días parezcan la norma. Ya se trate de una ruptura, de perder el trabajo o de cualquier otra cosa que te deprima, lo bueno de los tiempos difíciles es que no duran para siempre. No duran para siempre. Puedes superarlos y lo harás, pero a veces es un proceso. La próxima vez que pases por uno, recuerda estas cuatro cosas:

Sepa que es más fuerte de lo que cree
Sí, lo eres. Con demasiada frecuencia subestimamos la fuerza que poseemos. Cuando se presenta un momento difícil, es cuando más necesitamos canalizar nuestra fuerza interior. No puedes controlar todo lo que te ocurre, pero puedes controlar la forma en que respondes a ello. Que tu respuesta sea de fuerza y optimismo. Mantén una mentalidad positiva y ten siempre fe en que las cosas pueden mejorar y mejorarán. Los tiempos pueden ser difíciles, pero tú eres más fuerte.

Céntrate en cuidarte a ti mismo
Cuando el peso del mundo está sobre tus hombros, el cuidado de ti mismo es probablemente lo último en lo que piensas. Intenta convertirte en una prioridad, ser amable contigo mismo es una forma increíble de promover la curación. Y no olvides que el cuidado personal no tiene por qué ser una producción estresante o extravagante (a menos que tú quieras que lo sea). Puede ser tan sencillo como darse un baño caliente y relajante o utilizar su aceite esencial favorito. También puede ser simplemente tomarte un tiempo para ti, para despejar la mente. Elijas lo que elijas, hazlo con el corazón y la mente abiertos y disfruta del descanso y la relajación. ¿Necesitas inspiración? Echa un vistazo a nuestras ideas para el Domingo del Autocuidado.

No hay que avergonzarse por pedir ayuda
Sin duda, los tiempos difíciles nos afectan de muchas maneras: mental, física, emocional y sexualmente. Pero no hay que avergonzarse de pedir ayuda cuando se necesita. Al fin y al cabo, todos estamos juntos en esto, incluidas las dificultades. Pide ayuda y consejo a las personas de tu círculo íntimo: compañeros de trabajo, familiares y amigos. Créenos, el mero hecho de hablar puede aliviar el estrés.

Busca la luz, ¡siempre está ahí!
A veces, no conseguir lo que quieres puede ser una bendición disfrazada. Los tiempos difíciles pueden inspirarte a reevaluar las cosas que están sucediendo en tu vida y puede que te abran la puerta a oportunidades y nuevas posibilidades que antes habías pasado por alto. ¿Esa abrumadora sensación de temor y desesperación que sientes por lo que estás pasando? Recuerda que es temporal. Puede que ahora no lo veas iluminarse, ¡pero esa luz al final del túnel es más brillante que nunca!

El cambio, bueno y malo, siempre es seguro en la vida. Si te encuentras luchando contra el cambio y te consumen los momentos difíciles, recuerda estas cuatro ideas. Incluso cuando la vida se ponga dura, estate dispuesto a apostar por ti mismo, ¡pase lo que pase!