"Ponerse sexy con herpes" suena a título absurdo para algunos, pero la realidad es que el herpes es real. Es muy común y no hay razón para no ponerse sexy. Aproximadamente 8 de cada 10 adultos tienen herpes oral (VHS-1) y 1 de cada 4 adultos tiene herpes genital (VHS-2). El herpes oral puede transmitirse tanto por vía oral como por contacto genital. Es más frecuente en las personas con vulva debido a que la piel es más fina y delicada que en las que tienen pene.

Según los CDC, cada año se infectan entre 750.000 y un millón de personas. Muchas personas no presentan síntomas y son aún más las que no saben que la tienen. Esta infección de transmisión sexual (ITS) es tan inofensiva y común que no suele analizarse en los paneles de ITS a menos que se solicite expresamente. Muchos profesionales sanitarios incluso desisten de realizar la prueba cuando se solicita, a menos que existan signos físicos reales. Por ejemplo, la aparición de ampollas alrededor de la boca, la vulva, el pene o el ano.

A pesar de lo común y de los daños mínimos de esta infección, es una de las más estigmatizadas y de las que más se habla de todas las ITS. Empecemos por desmontar algunos mitos perjudiciales.

Mito: El herpes es un signo de promiscuidad o falta de higiene.
Realidad: El herpes puede transmitirse de una persona a otra a pesar de las prácticas de higiene personal o del número de parejas. Sólo es necesario el contacto piel con piel. No es necesario mantener relaciones sexuales con penetración para contraer el virus.

Mito: Los preservativos previenen el herpes.
Realidad: Los preservativos pueden reducir la transmisión, pero no eliminan totalmente el riesgo.

Mito: El herpes no puede transmitirse a menos que haya una lesión activa.
Realidad: El herpes tiene un aspecto diferente en cada persona, y muchas personas transmiten la infección sin lesiones activas.

Mito: El herpes provoca cáncer.
Realidad: El herpes no causa cáncer. Muchas personas confunden el VHS con el virus del papiloma humano (VPH), que también causa verrugas. El VPH, y no el VHS, está asociado a diversos tipos de cáncer, incluido el de cuello uterino.

Mito: Con herpes no se puede tener una buena vida sexual.
Realidad: Puedes y debes tener una vida sexual increíble a pesar de tener herpes.

Si usted tiene herpes, o su pareja tiene herpes, no hay ninguna diferencia en las actividades en las que un miembro de la pareja puede participar sobre el otro. Si quieres columpiarte de las lámparas de araña o hacer Netflix and Chill, adelante. El herpes no es un virus que tenga que afectar a tu capacidad de rendimiento sexual. La clave está en revelarlo adecuadamente y utilizar las mejores prácticas de prevención.

Hablar de herpes con la pareja puede dar mucho miedo. Con todo el estigma que rodea al herpes, el miedo al rechazo es real. Revelar el estado de una ITS, independientemente de si eres portador de una ITS, debería ser una conversación normal con tus parejas sexuales.

Algunos sostienen que debería decirse en la primera cita y otros dicen que más tarde. El momento de la revelación es personal, y las mejores prácticas suelen ser tener la conversación antes del primer encuentro sexual y no mientras alguien tiene "cerebro sexual", que es cuando una persona está muy excitada y se está acercando a una actividad sexual. En muchos sentidos, ambos miembros de la pareja no se encuentran en su estado mental más claro y el "cerebro sexual" minimiza la capacidad de la persona para dar su pleno consentimiento.

Las conversaciones sobre revelación pueden ser difíciles, pero con la práctica constante la vergüenza y el estigma asociados disminuyen para ti y tus parejas. Una buena comunicación sobre las ITS consiste en respetar tu salud sexual y la de aquellos a los que quieres entretener. Si alguien no puede aceptar tu verdad, no puede aceptarte a ti.

Los preservativos por sí solos no evitan la transmisión del herpes, pero eso no significa que no sean beneficiosos para reducir el riesgo. Según el Dr. H. Hunter Handsfield, profesor clínico de la Universidad de Washington y líder en prevención e investigación de ETS, existen tres métodos clave para prevenir la transmisión:

1. Evitar las relaciones sexuales cuando exista un brote manifiesto
2. Utilizar preservativos
3. Tomar medicamentos (muchos médicos recetan Valaciclovir)

Hacer una de las tres cosas no es lo más eficaz. Utilizar dos métodos disminuye mucho el riesgo. Hacer las tres cosas disminuye exponencialmente el riesgo de transmisión.

El herpes no tiene por qué definir la salud sexual de una persona ni su valor como ser humano. No debe considerarse de forma diferente a cualquier otra afección cutánea, como la psoriasis o el eccema, o a infecciones comunes, como la gripe o la varicela. Todos somos humanos y tenemos potencial para ser portadores o receptores de diversas infecciones. La clave está en practicar las precauciones universales y tener un nivel de compasión por aquellos que puedan ser portadores. Vivimos en una sociedad muy negativa para el sexo, por lo que cualquier cosa relacionada con el sexo tiene una capa añadida de vergüenza. Cuanto más normalicemos el sexo y las ITS como parte de la experiencia sexual, más rápido podremos pasar de una mentalidad basada en la vergüenza a una mentalidad basada en el placer. Todos merecemos el placer y la conexión sexual.

Renée Burwell

Renée Burwell

LCSW, MPA, Terapeuta Sexual Certificada por AASECT
Renée Burwell, LCSW, MPA, CST es una psicoterapeuta y educadora especializada en terapia sexual y traumas. Su consulta, Pandora's Awakening, ofrece servicios y divulgación educativa que ayudan a desestigmatizar los servicios de salud mental y sexual. Es una facilitadora experta que ofrece formación y talleres a profesionales de la salud y los servicios sociales sobre salud mental, salud sexual y justicia reproductiva. Además de su trabajo en Pandora's Awakening, también es directora ejecutiva de la Tennessee Alliance of Sexual Health, representante de AASECT en el centro del continente, miembro activo de la Association of Black Sexologist y escritora y educadora para diversos medios, como Bedroom Kandi y CNN.

Es licenciada en Psicología por el Spelman College, tiene un máster en Trabajo Social y otro en Administración Pública por la Universidad del Sur de California, un certificado de posgrado en Terapia y Educación Sexual por la Universidad de Michigan y está certificada por la AASECT como terapeuta sexual.