Lo que se considera "hablar sucio" puede variar mucho, desde susurros traviesos hasta exigencias sensuales y mucho más, pero ¿sabías que puede ayudarte a aumentar el placer sexual y que no tiene por qué ser tan incómodo como parece en la televisión?

Hay todo un mundo de lenguaje obsceno más allá de las frases del tipo "Hazme guarrerías" o "Di mi nombre" (aunque no te avergüences si eso es lo tuyo). También puede servir para múltiples propósitos, incluyendo la creación de un espacio para ofrecer y recibir instrucciones para mejorar la estimulación, aumentar la excitación o la comodidad para ti o tu pareja, y dar la oportunidad de jugar con seguridad fantasías. Si te interesa aprender a añadir un poco de dirty talk a tu repertorio sexual, sigue leyendo.

El lenguaje sucio como instrucciones directas o indirectas

La mayoría de la gente no sabe leer la mente y, sin embargo, cuando se trata de sexo, esperamos que la gente sepa exactamente lo que queremos y necesitamos. Esto puede generar resentimiento si no obtenemos la satisfacción sexual que esperamos, y puede conducir a un sexo mediocre porque somos demasiado tímidos para pedir lo que queremos. Por suerte, el lenguaje obsceno es una herramienta increíble para dar indicaciones a la pareja durante el acto sexual de forma comprensiva y sexy. Aquí tienes algunas frases que puedes probar para subir la temperatura.

Para ralentizar el sexo y deleitarse con las sensaciones íntimas, prueba:

  • Quiero sentir tus labios y tu lengua por todas partes - devórame
  • Mmmmm, ooh, más despacio. Quiero sentirlo todo. Yesss, ugh que se siente tan bien.
  • Hazme rogar por ello/Quiero oírte rogar por ello.

Fomentar actos sexuales que le exciten:

  • Ponte encima y mírame, nena. Necesito/quiero verte, [inserta el nombre de tu mascota favorita].
  • Necesito ver ese culo sexy. Date la vuelta y déjame ver.
  • Echo de menos la sensación de tu lengua en mi [insertar parte del cuerpo]
  • He estado pensando en ti haciéndome [insertar acto] todo el día

Cuando alguien está cerca, pero justo fuera de la marca y un pequeño cambio en la técnica haría toda la diferencia entre no está mal y maldita sea, inténtalo:

Direcciones respiratorias:

  • Más duro
  • Más rápido
  • Más lento
  • Sigue adelante, no te detengas

Redirecciones y ajustes:

  • Me encanta cuando haces esos circulitos alrededor de mi pezón
  • mhmmm un poco a la izquierda y me volveré loco
  • Creo que estoy listo para otro dedo

El consentimiento y la comunicación son la clave del éxito de la charla sucia

Sentirse cómodo haciendo demandas sexuales depende de una comunicación sólida y de confianza. Todos los implicados deben saber que pueden decir que no en cualquier momento, reorientar o cambiar las cosas. Es decir, las propias exigencias dependen de un acuerdo consensuado que puede evolucionar constantemente.

Como no todas las situaciones pueden predecirse, puede ser útil tener una forma de comunicar que algo no está funcionando, pero que quieres seguir adelante. Por ejemplo, quizá quieras continuar la interacción sexual pero no estás dispuesto a hacer lo que te acaban de pedir. En lugar de parar por completo y explicar lo que no quieres hacer, puedes elegir una frase como "probemos [insertar actividad]" como forma segura de redirigir la conversación sin hacer preguntas. Después, siempre puedes hablar de lo que ha pasado, pero no hace falta que sea en ese momento.

Sin embargo, si ocurre algo que molesta o lleva a alguien a querer parar, o al menos tomarse un descanso, puedes hacerlo de la manera que te parezca mejor. A veces, tener una palabra clave (o gesto) para esto puede servir de apoyo. Esta es la base de las palabras de seguridad en el BDSM y sirve para saber que se está pidiendo explícitamente atención.

¿Qué hay de los otros usos del lenguaje obsceno?

Si quieres conocer más formas de utilizar el lenguaje obsceno, como la reproducción segura de fantasías y el aumento de la comodidad y la confianza entre la pareja, dínoslo y publicaremos más información. También puedes ponerte en contacto con Yael en [email protected]

Yael R. Rosenstock González

Yael R. Rosenstock González

Educadora sexual, investigadora, autora y conferenciante
Soy una activista del placer judía (término popularizado por adrienne maree brown) queer, poliamorosa y nuyorican (puertorriqueña neoyorquina) que cree que el bienestar sexual y la liberación sexual implican a TODO nuestro ser. Me centro en el trabajo de identidad, valores y posicionamiento social, la exploración lúdica y la intimidad con uno mismo y con los demás. Estoy aquí para apoyarte en la búsqueda de experiencias placenteras, alegres y corporales con uno mismo y el sexo a través de prácticas intencionales orientadas a tus necesidades específicas, porque el bienestar sexual y el placer son para cualquiera que los busque.