Vivimos en un mundo con muchas distracciones. La mayoría de las personas son incapaces de permanecer sentadas 30 segundos sin echar mano del teléfono, el mando a distancia o cualquier otro objeto que les distraiga.

Estar quieto y vivir de verdad el momento presente es un arte. Muchos de nosotros lo hemos perdido en un mundo en el que "las manos ociosas son el taller del diablo" y en el que la productividad suele primar sobre el placer. Vivimos en un mundo en el que es más fácil vivir en piloto automático día a día que estar conectados con nuestro entorno y con uno mismo.

¿Con qué frecuencia te tomas tiempo para estar presente en el momento actual? ¿Con qué frecuencia te tomas el tiempo necesario para darte cuenta de lo que sientes, saboreas, ves, oyes y hueles en tu entorno? Piénsalo un momento: piensa en cómo influye tu atención en la conexión que tienes con tus experiencias. Piensa en comerte una pasa. ¿Te limitas a metértela en la boca y masticar o te tomas el tiempo necesario para ver las crestas y los colores, sentir la textura, oler los aromas, oír la masticación y saborear el dulzor ácido y, tal vez, un poco de amargura?

Algunos de nuestros mejores recuerdos implican poder oler, ver, sentir, oír y saborear en ese momento. Lo mismo ocurre con nuestras experiencias sexuales. Si estamos pensando en lo que hemos comido, en los niños de la otra habitación o en el trabajo, nos estamos perdiendo la conexión y la esencia de la experiencia. Por eso la práctica de la atención plena puede ser la clave para obtener un placer constante en las experiencias sexuales.

El fundador de la reducción del estrés basada en la atención plena, Jon Kabat-Zinn, afirma que existen siete actitudes ante la atención plena:

  • Aceptación: Ver las cosas como son, pase lo que pase
  • Mente de principiante: Permita nuevas posibilidades y evite la rutina de quedarse atascado en su propia experiencia siendo abierto y curioso.
  • Dejar ir: Deja que tu experiencia sea lo que es en este momento. No te aferres a pensamientos, emociones y situaciones.
  • No juzgar: Actúa como testigo imparcial de tu propia experiencia
  • No te esfuerces: Sé tú mismo aquí y ahora. No intentes cambiar lo que está sucediendo.
  • Paciencia: Aceptar el hecho de que las cosas a veces se desarrollan a su debido tiempo.
  • Confianza: Saber que no pasa nada por cometer errores. Confía en ti mismo y en tus sentimientos

Imagina lo relajado, comprometido y divertido que puede ser el sexo si incorporas las actitudes anteriores. Vive en un espacio en el que cada encuentro sea algo nuevo. Deja atrás el pasado. Confía en ti mismo. No te esfuerces por conseguir un resultado, sino sé paciente y acepta a tu pareja y a ti mismo. Todo eso suena bastante increíble.

La atención plena es nuestra capacidad de estar presentes y plenamente involucrados en nuestras experiencias, permitiendo así que la experiencia tenga un impacto duradero en nosotros mismos. En el acto de la atención plena, percibimos las experiencias sin juzgarlas y honramos lo que está presente. Aprendemos a seguir volviendo al momento presente, a pesar de los sentimientos y pensamientos que puedan resultarnos incómodos. Hay algo nuevo que aprender en cada momento, cuando mantenemos nuestra atención en el aquí y ahora.

Nuestra sociedad nos ha entrenado para desentendernos y juzgar duramente nuestro yo sexual y nuestro cuerpo. Las prácticas de atención plena ayudan a nuestros cerebros a recablear los guiones negativos que nos impiden estar plenamente comprometidos y presentes en nuestros cuerpos. Esto nos impide aceptarnos a nosotros mismos en su totalidad. Se trata de ser conscientes en lugar de juzgar. Notar lo que ocurre sin decidir si es bueno o malo, siendo amables con nosotros mismos al saber que todo tiene luz y oscuridad.

Es amoroso abrazar el placer. Es amoroso que demos placer a los demás. Está bien que amemos nuestros cuerpos y nos sentemos a apreciar todas las sensaciones. En muchos sentidos, la atención plena es obligatoria no sólo para sobrevivir, sino para prosperar y conectar de verdad con los demás.

Según el Dr. Rezvan Ameli, psicólogo clínico senior, la atención plena tiene dos componentes principales: la atención focalizada y la apertura del corazón. En tu próximo momento sexual, observa realmente cómo es la experiencia cuando centras tu atención de forma constante y mantienes el corazón abierto. Aquí es donde la meditación y el yoga (específicamente los ejercicios de apertura del corazón) pueden ayudar realmente a alguien a reconectar con su yo sexual. Cada vez que sientas que tu mente se desvía, vuelve a centrar tu atención en una nueva acción o sensación en tiempo presente. Intenta imaginarte a ti mismo respirando desde el corazón y esparciendo la energía del corazón sobre ti y/o tu(s) pareja(s). La atención plena puede ser la clave para recargar tu vida y tu yo sexual.

Renée Burwell

Renée Burwell

LCSW, MPA, Terapeuta Sexual Certificada por AASECT
Renée Burwell, LCSW, MPA, CST es una psicoterapeuta y educadora especializada en terapia sexual y traumas. Su consulta, Pandora's Awakening, ofrece servicios y divulgación educativa que ayudan a desestigmatizar los servicios de salud mental y sexual. Es una facilitadora experta que ofrece formación y talleres a profesionales de la salud y los servicios sociales sobre salud mental, salud sexual y justicia reproductiva. Además de su trabajo en Pandora's Awakening, también es directora ejecutiva de la Tennessee Alliance of Sexual Health, representante de AASECT en el centro del continente, miembro activo de la Association of Black Sexologist y escritora y educadora para diversos medios, como Bedroom Kandi y CNN.

Es licenciada en Psicología por el Spelman College, tiene un máster en Trabajo Social y otro en Administración Pública por la Universidad del Sur de California, un certificado de posgrado en Terapia y Educación Sexual por la Universidad de Michigan y está certificada por la AASECT como terapeuta sexual.