Información sobre el exhibicionismo y cómo...

La primera vez que me di cuenta de que podía ser exhibicionista fue en una fiesta sexual. No, claro , estarás pensando, pero nunca antes había estado en una y, como introvertida socialmente ansiosa, no estaba segura de que fuera realmente lo mío.

Pero mientras paseaba con mi novio de entonces, con gente en varios estados de desnudez a nuestro alrededor, tocándose, azotándose, cubriéndose de nata montada y ofreciéndose a la población en general, me entraron... ganas.

Finalmente, nos encontramos en una habitación pequeña y oscura, apartada de la zona principal. Nos acomodamos en un gran sofá pegado a una pared y empezamos a tocarnos un poco. En un momento dado, me di cuenta de que alguien nos observaba desde la puerta. Nos miramos a los ojos y me volví hacia mi novio. No perdimos ni un segundo.

Después de aquella noche, empecé a darme cuenta de que la posibilidad de que me pillaran in fraganti me resultaba muy excitante. Me pregunté cómo podría utilizar este conocimiento para mantener las cosas interesantes.

Pero antes de entrar en materia...

¿Qué es el exhibicionismo?

Algunas personas asocian erróneamente el exhibicionismo con la exposición indecente. Piensan en exhibicionistas, personas que exponen sus genitales a quien menos se lo espera.

Pero quienes sienten la compulsión de exponerse a los demás de forma no consentida padecen una enfermedad mental conocida como trastorno exhibicionista.

El exhibicionismo, por su parte, es una afición consentida. A quienes lo practican les excita la idea de ser observados desnudos o mientras practican sexo. O les excita la posibilidad de ser descubiertos.

¿Cómo practicar el exhibicionismo de forma responsable?

En la mayoría de los casos, la actividad sexual en público es ilegal en virtud de las leyes de exhibicionismo. También es difícil asegurarse de que el sexo es consentido si hay personas que presencian lo que estás haciendo.

Para participar en un exhibicionismo ético, hay que asegurarse de que todos los implicados se sientan bien con lo que está ocurriendo y estén de acuerdo de todo corazón en participar.

Por suerte, no hace falta que te busques una fiesta sexual para hacer realidad tus sueños exhibicionistas (aunque también es una opción).

A continuación, comparto algunas sugerencias para sumergirse en esta particular perversión.

Lleva la fiesta fuera de tu dormitorio.

Considere la posibilidad de trasladar sus relaciones sexuales en solitario fuera del dormitorio, sabiendo que podría tener que apañárselas si su pareja vuelve a casa.

O llévate a la ducha un juguete apto para el baño. Puede que tu pareja asuma que esos gemidos de placer se deben a la deliciosa sensación del agua caliente sobre la piel. O puede que se pregunte qué más pasa ahí dentro... y si debería acompañarte.

Montar un espectáculo.

Si te sientes más atrevida y lo que más te gusta del exhibicionismo es ser el centro de atención, monta todo un espectáculo. Ponte lencería sexy y desnúdate ante tu pareja. O hazle un striptease, mostrándole poco a poco más y más de ti hasta que no quede nada por quitar.

Presume.

¿Tienes una sesión de amor propio? Invita a tu pareja a mirar. Ver cómo te excitas podría serle útil y ver cómo responde tu cuerpo a medida que se excita más y más será muy excitante para los dos.

También podríais masturbaros el uno junto al otro, excitándoos o excitandoos hasta que no podáis evitar giraros el uno hacia el otro.

Juego de roles.

Si te excita la posibilidad de que te pillen, pero quieres llevar esa fantasía aún más lejos, planea una escena con tu pareja en la que te vean desnudo y/o masturbándote. ¿Cómo quieres que reaccione? ¿Sorprendido? ¿Tímido? ¿Tentado a participar?

Póngase juguetón en público.

Y no, no me refiero a echarse un polvo rápido en el baño de un restaurante o a ponerse cachondo mientras estás aparcado en el coche. Prueba un vibrador portátil y dale a tu pareja el mando a distancia para que controle cuándo, dónde y cómo sientes esas buenas vibraciones durante una velada romántica. El reto -y quizá el mayor placer- consistirá en intentar ser discreta con ese orgasmo que se está gestando en tu interior mientras estás rodeada de otras personas.

Diviértete ahí fuera y quizá descubras tu nueva perversión favorita.

Stephanie Auteri

Stephanie Auteri

Periodista, escritora y educadora sexual
Steph Auteri ha escrito sobre sexualidad para el Atlantic, el Washington Post, Pacific Standard, VICE y otras publicaciones, y ha colaborado con gente de la Asociación Americana de Educadores, Asesores y Terapeutas Sexuales (AASECT), el Centro de Educación Sexual y Good in Bed. Es autora de A Dirty Word (Una palabra sucia), un libro de memorias sobre cómo la sexualidad femenina se trata a menudo como una palabrota.