Trabajar desde casa: cómo mantener la concentración y la productividad
Cuando empiezas a trabajar desde casa, algunas personas se emocionan mucho: pantalones de chándal, sin maquillaje, compañeros peludos, y la lista continúa. Pero al cabo de un día, las cosas pueden volverse... molestas.
Netflix está a un clic de distancia, las tareas domésticas (¡hola, la colada!) te miran a la cara y parece que nunca ha habido un momento mejor para llevar a cabo por fin el temido proyecto doméstico que has estado evitando.
Entonces... ¿cómo mantener la concentración y la productividad durante las horas de trabajo? Hemos recopilado algunos consejos que te ayudarán a conseguirlo desde tu oficina en casa... ¡y a relajarte sin remordimientos cuando acabe el día!
Mantén tu rutina
Aunque es muy fácil saltarse la ducha y llegar al trabajo con un moño desarreglado y una camiseta dormida, mantener tu rutina matutina habitual puede ayudarte a ponerte en modo "trabajo" para todo el día. No es necesario que te maquilles y peines como lo haces habitualmente, pero asegúrate de levantarte a tu hora habitual y de tener tiempo suficiente para prepararte un café, meditar e incluso dar un pequeño paseo (por una zona no concurrida y accesible para ti) que te ayude a entrar en la mentalidad profesional.
Establezca un horario
¿Hay algo seguro que merma tu productividad? Las interrupciones. Lo entendemos: es fácil dejar de trabajar cuando tu compañero te distrae con una pregunta o tus amigos te están machacando con el último meme. Deja claro a todos los que comparten tu espacio vital (¡o incluso a los que no!) a qué hora empiezas y terminas cada jornada laboral. Explica (con firmeza) que estarás centrado en tus tareas diarias durante ese tiempo. Cierra la puerta, si tienes despacho en casa. Luego, al final del día, apaga el ordenador y enciende la calefacción con la noche de las citas calientes.
Haz una(s) lista(s)
Una vez con cafeína, renovado y listo para empezar, haz una lista de las cosas que tienes que hacer antes de que acabe la jornada laboral. Puede que hayas visto el meme que circula por ahí sobre Shakespeare escribiendo El rey Lear mientras estaba en cuarentena durante la peste, pero eso no significa que tengas que trabajar todo el día y toda la noche sólo para demostrar que estás siendo productivo. En lugar de eso, céntrate en lo que puedes hacer durante tus horas de trabajo. Al final del día, echa un vistazo a tu lista de tareas tachadas, celebra tus logros y regálate una copa de vino (o dos).
Tómese descansos
Puede que te sientas presionado a permanecer pegado al ordenador cuando trabajas desde casa, pero al igual que harías si estuvieras en la oficina, tómate pequeños descansos durante el día para volver a concentrarte y relajarte. Da un paseo por tu casa o apartamento, haz una sesión rápida de yoga o incluso aprovecha la pausa del almuerzo para deleitarte un poco por la tarde. Ya sea en pareja o en solitario, ¡dale un toque especial a tus descansos con un juguete erótico imprescindible y "relájate" una y otra vez! Al fin y al cabo, los orgasmos producen dopamina -la sustancia química responsable del "circuito del placer" en el cerebro-, que puede ayudarte a estar más concentrado, ser más asertivo y creativo. Tus tardes serán mucho más productivas.