Tanto si tienes problemas para llegar al orgasmo, como si nunca has tenido un orgasmo en pareja o nunca has llegado al orgasmo, este artículo pretende ayudarte a encontrar rutas hacia el placer. Puede que te sorprenda, pero la mayor parte de lo que querrás hacer se basa en la autorreflexión y el trabajo personal en general, antes de llegar a lo físico. Esto se debe a que, a menudo, lo que nos aleja del placer es lo que tenemos entre las orejas y no lo que tenemos entre las piernas.

Paso 1: Identifique sus creencias negativas (si las tiene)

Este paso está dedicado a nombrar las creencias que pueden estar impidiéndote experimentar placer orgásmico. Si no estás seguro de cuáles pueden ser, piensa si alguna vez oyes voces de distracción en tu cabeza que te dicen cosas como:

  • Tu placer no importa
  • Tardas demasiado en llegar al orgasmo
  • El sexo, la masturbación o el placer están mal
  • Tu pareja se irá si no te concentras en ella
  • Es demasiado trabajo llevarte al orgasmo
  • No te ves bien en ciertos ángulos

Me resulta fácil poner ejemplos, porque he vivido bastantes.

Escribe cualquier cosa que creas (aunque no quieras creer que crees) que pueda estar afectando a tu mentalidad y capacidad de placer.

Paso 2: Explorar esas narrativas negativas

A continuación, es hora de identificar de dónde proceden estas narrativas o creencias y por qué tienen poder sobre ti. Dependiendo de cómo las proceses mejor, puedes hablar de ellas con un amigo o familiar. Comparte historias de tus experiencias e influencias pasadas. Otra opción es compartirlas con un terapeuta, que puede ayudarte a identificar las fuentes, escribir las respuestas en un diario utilizando técnicas de escritura libre o cualquier otra forma de procesamiento. Esto te ayudará a comprender mejor por qué existen estas creencias y cómo influyen en tus experiencias.

Paso 3: Reescribir la narración

Una vez que hayas comprendido de dónde proceden las creencias negativas y por qué tienen poder sobre ti, es hora de empezar a liberarte de ellas. Un buen punto de partida son las afirmaciones. Yo no era muy creyente al principio, pero creo que pueden ser increíblemente poderosas cuando son lo que necesitamos oír. Por ejemplo:

  • "Merezco placer/una pareja que valore mi placer".
  • "Soy sexy y confiada/mi pareja me encuentra sexy".
  • "A mi pareja le encanta darme placer/se preocupa mucho por mi placer".

También puede ser útil enseñárselas a cualquier compañero que tengas o que pueda servirte de afirmador externo. Muchas parejas me han dicho que no hay prisa, que están disfrutando del proceso y que debería relajarme y divertirme. A veces, esto es todo lo que necesito oír para alcanzar el orgasmo.

También deberías practicar algunas actividades de amor propio que centren tus experiencias sensuales.

  • Vestirte con lo que te haga sentir más atractiva
  • Hacerte fotos sexys
  • Saborear los sabores de la comida decadente
  • Involucrar los cinco sentidos con las cosas que te gustan
  • Reducir el estrés

Esto último puede venir en forma de decir "no". Practica estar presente en lo que haces a diario e identifica las cosas que tu cuerpo y tu mente te piden que dejes y comprueba si realmente puedes. Siempre que sea posible, es importante darte prioridad a ti y a tu bienestar, sobre todo porque es una lección de que tú importas más que cualquier cosa no deseada que estés dejando.

Paso 4: Ponte en contacto con tu mente

Es similar al paso 3, pero va un poco más allá. Aquí tienes que pensar en tu experiencia sexual ideal. ¿Cómo empieza? ¿Cómo es el ambiente y el estado de ánimo? ¿Qué actividades se llevan a cabo? ¿Quién participa (si no eres tú)?

Crea una fantasía sexual en tu mente que puedas representar en la vida real. Tal vez utilices la fantasía mientras estimulas tu cuerpo/siendo estimulado. Puedes optar por leer o ver material erótico para inspirarte.

Paso 5: Ponte en contacto con tu cuerpo

Esto puede adoptar múltiples formas. Si experimentas algún tipo de imagen corporal negativa, puedes aprovecharla para conocerte en su totalidad en lugar de concentrarte en las partes que no te gustan. Prueba la actividad del espejo. Observa tu cuerpo en sus movimientos naturales. Aprecia la forma en que cambia en relación con tu respiración u otros movimientos.

Familiarízate con tus genitales, si no los conoces. Practica ejercicios del suelo pélvico para aumentar tu fuerza física, que puede ayudarte a alcanzar el orgasmo. Juega con diferentes tipos de contacto alrededor de tu cuerpo y tus genitales. Comprueba qué te hace sentir bien cuando te excitas (tócate mientras lees, ves o imaginas escenas sensuales).

Haz todo esto sin un objetivo final. La presión de tener que amar tu cuerpo o tener que llegar al orgasmo puede distraerte y ser contraproducente. Date tiempo para simplemente notar, observar y aprender.

Paso 6: Aceptar las fluctuaciones

Es probable que descubras que se trata de un proceso continuo. Puede haber varias creencias interiorizadas que empieces a cambiar a ritmos diferentes. Aunque pueda parecer frustrante, encontrar el placer orgásmico no es una carrera. Sé amable contigo misma. Mantente abierta a descubrir más cosas a medida que avanzas en este viaje. Practica constantemente los pasos 3 a 5 para sentirte apoyada, segura y merecedora. Tu mente es tu órgano sexual más poderoso, así que de ti depende que trabaje a tu favor.

La inspiración para este post viene de muchos sitios pero destacan tres: The Body is Not an Apology de Sonya Renee Taylor , adrienne maree brown Activismo del placery For Yourself de Lonnie Barbach .

Yael R. Rosenstock González

Yael R. Rosenstock González

Educadora sexual, investigadora, autora y conferenciante
Soy una activista del placer judía (término popularizado por adrienne maree brown) queer, poliamorosa y nuyorican (puertorriqueña neoyorquina) que cree que el bienestar sexual y la liberación sexual implican a TODO nuestro ser. Me centro en el trabajo de identidad, valores y posicionamiento social, la exploración lúdica y la intimidad con uno mismo y con los demás. Estoy aquí para apoyarte en la búsqueda de experiencias placenteras, alegres y corporales con uno mismo y el sexo a través de prácticas intencionales orientadas a tus necesidades específicas, porque el bienestar sexual y el placer son para cualquiera que los busque.