Locos por el clítoris: 4 mitos sobre el clítoris
En el mundo del sexo hay mucha información errónea y extraña. A veces nos perjudica y otras es bastante neutra. Echa un vistazo a los siguientes cuatro mitos sobre el clítoris.
Mito nº 1: El clítoris no es más que un pequeño botón o protuberancia en la parte superior de la vulva.
Verdad: El clítoris, o la estructura completa del clítoris, tiene forma de hueso de la suerte y la mayor parte de su estructura es interna. Los informes sobre el tamaño varían, pero he visto explicaciones que oscilan entre 3,5 y 7 pulgadas de largo. El botón/núcleo es el glande del clítoris y es equivalente a la cabeza de un pene y está lleno de divertidas terminaciones nerviosas. Toda la estructura del clítoris, que incluye el glande, la crura y los bulbos vestibulares, se pone erecta cuando se excita, igual que un pene. Debido a su ubicación, en la que la crura y los bulbos rodean la mitad superior de la vagina, la estimulación interna a través de la penetración vaginal estimula las partes internas del clítoris. Del mismo modo, lo que se entiende como la región del punto G, se hipotetiza que son las raíces/extremos del clítoris. Para obtener más información sobre el complejo del clítoris, haga clic aquí.
¿Qué significa esto? Gran parte del placer vulvar y vaginal está directamente relacionado con el clítoris (pobre Freud, esto echa por tierra su teoría del orgasmo "maduro" frente al "inmaduro"). También significa que la estimulación de los labios puede ser placentera debido a la ubicación de las piernas. Por último, para las personas que han sufrido cortes genitales, puede existir la opción de exponer más el glande del clítoris desde debajo del capuchón del clítoris para recuperar ese tipo de placer, así como la posibilidad de estimular diferentes partes del clítoris interno mediante juegos internos y externos.
Mito nº 2: Los vibradores estropean el clítoris.
Verdad: Esta pregunta me la hacen MUCHO. Las personas que utilizan vibradores para estimular su clítoris cada vez que se masturban pueden estar experimentando una de dos cosas, pero ninguna de ellas es un clítoris roto.
La primera es la desensibilización temporal. Después de utilizar el vibrador durante un rato, es posible que la zona esté un poco entumecida o no responda, pero eso es lo que ocurre con cualquier zona del cuerpo en la que hayas mantenido un zumbido profundo. Esa sensación debería aliviarse rápidamente, dejándote disponible para más juegos con el clítoris.
La segunda preocupación es que los vibradores te arruinen porque no podrás llegar al orgasmo con tu pareja. En primer lugar, siempre puedes llevar tus juguetes favoritos al dormitorio para incorporarlos a vuestro momento sexy compartido (aunque el consentimiento es importante, así que habla de ello si a tu pareja le sorprendería).
En segundo lugar, tienes razón. Si siempre te excitas de la misma manera, es probable que tu cuerpo se vuelva dependiente de esa forma de estimulación y tengas problemas para alcanzar el orgasmo de otras maneras, incluso con la pareja. Por suerte, la solución puede ser muy divertida: diversifica tu técnica de masturbación (¡esto también es válido para las personas con pene!). Prueba a masturbarte con los dedos, con la alcachofa de la ducha o con un juguete diferente al que estás acostumbrado. Tómate tu tiempo y saborea las sensaciones. Al principio puede resultar difícil e incluso tentador volver a tu método de confianza, pero la paciencia merece la pena. Puedes entrenar a tu cuerpo para que disfrute del placer de nuevas formas, lo que te abrirá las puertas a más tipos de orgasmos, tanto en solitario como en pareja. Puedes seguir utilizando tu vibrador favorito, pero asegúrate de combinar otras formas de estimulación. ¿Quieres probar un nuevo vibrador? Echa un vistazo a todas las opciones aquí.
Consecuencias: El miedo a dañar el clítoris puede impedir que las personas utilicen herramientas que mejoren su vida sexual en solitario o en pareja. ¡El horror!
Mito nº 3: El clítoris tiene 8.000 terminaciones nerviosas.
Verdad: Hace años, uno de mis asesores me recordó la importancia de comprobar tus fuentes y utilizó el ejemplo de la gente que comparte que el clítoris tiene 8.000 terminaciones nerviosas. En realidad, esa cifra estaba basada en un estudio sobre las VACAS y compartida por Thomas Lowry en el libro "El clítoris clásico: contribuciones históricas a la sexualidad científica". Esto significa que no teníamos datos sobre las terminaciones nerviosas presentes en el clítoris humano hasta hace poco.
Afortunadamente, en febrero de 2023, Uloko, Isabey y Peters publicaron los resultados tras estudiar el tejido del clítoris de cinco hombres trans (hombres que nacieron con vulva) y encontraron una media de más de 10.000 axones mielinizados (terminaciones nerviosas cubiertas) en el glande del clítoris (la punta/cabeza del clítoris).
Lo que esto significa: ¡Las personas con clítoris tienen más terminaciones nerviosas de lo que pensábamos! Viva los 10.000 pequeños receptores del placer.
Mito nº 4: A todos los clítoris les encanta la estimulación directa.
Verdad: Aunque muchas personas con clítoris disfrutan del contacto directo con los dedos, la lengua y los juguetes, hay mucha diversidad en lo que la gente encuentra placentero. El contacto directo puede ser demasiado intenso (o menos intenso) para una persona. Pero a otra le puede encantar que le pellizquen el clítoris entre dos dedos o que se lo pincen.
Consecuencias: Puedes sobreestimular o subestimular a tu pareja o a ti misma si no prestas atención a cómo responde el clítoris a la atención cariñosa. Una alternativa al contacto directo puede ser frotar la parte superior de los labios externos para masajear el clítoris entre ellos. Prueba también a mover y jugar con el monte de Venus para que cambie el ángulo del clítoris, a tocarlo por encima de la ropa, a respirar sobre el clítoris en lugar de lamerlo, a hacer ejercicios de Kegel y del suelo pélvico, ¡y mucho más!
Puede que estos mitos sobre el clítoris te hayan dejado boquiabierta, pero esperamos que puedas aplicar en el dormitorio lo aprendido aquí.